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El País, 24.3.00

El ex 'número dos' de la DINA culpa a Pinochet del asesinato de Letelier. EE UU reanuda la investigación del caso. MANUEL DÉLANO, Santiago

Una de las abogadas que encabeza las 77 querellas presentadas contra Augusto Pinochet, Carmen Hertz, entregó a la justicia una declaración ante notario del brigadier Pedro Espinoza, ex número dos de la DINA, que señala al general como autor de la orden de matar al ex canciller chileno Orlando Letelier. El documento fue entregado ayer al diputado Juan Pablo Letelier, hijo del asesinado ex ministro, y a Hertz por la periodista Patricia Verdugo. Ésta lo dio a conocer ayer, un día después de que llegaran al país dos fiscales estadounidenses para asistir a los interrogatorios sobre el caso Letelier a 42 ex altos funcionarios del régimen militar. La Corte Suprema chilena les denegó la asistencia, pero sí autorizó que el abogado que representa a EE UU asista a ellos.

Así, uno de los crímenes de mayor repercusión internacional cometidos por la dictadura de Pinochet (el asesinato en septiembre de 1976, a pocas manzanas de la Casa Blanca, de Letelier y su asistente Ronni Moffitt, mediante una bomba colocada en su automóvil, y que terminó en Chile con la condena a los jefes de la DINA Manuel Contreras y Pedro Espinoza, y en Estados Unidos, a cinco implicados) volvió a reflotar con vigor en Chile cuando el socialista Ricardo Lagos no cumple aún dos semanas como presidente de la República.

Nueva prueba

La nueva prueba, que también será entregada a la justicia estadounidense, donde el caso Letelier nunca se ha cerrado, abre mayores posibilidades a una eventual petición de extradición de Pinochet, y los abogados querellantes del ex dictador no descartan que el caso se reabra en Chile para aclarar la participación de los nuevos implicados.

En su declaración notarial, fechada el 27 de abril de 1978, cuando era comandante en Punta Arenas del regimiento Pudeto, el entonces coronel Pedro Espinoza afirma que fue obligado a mentir en una declaración judicial por el fiscal militar Héctor Orozco, que investigaba entonces el caso. Espinoza está actualmente detenido en el Regimiento de Telecomunicaciones y procesado por los crímenes cometidos en el caso de la caravana de la muerte, después de haber cumplido condena de seis años de prisión por el crimen de Letelier. Bajo amenaza de que su esposa y sus hijos "corrieran una triste suerte", y mientras estaba incomunicado, Orozco le dijo que en su declaración debía "dejar libre de polvo y paja a su excelencia el presidente de la República". Agrega Espinoza que Orozco le ordenó "culpabilizar solamente a mi jefe directo , no permitiéndose que responsabilizara también al presidente de la República".

Sostiene que cuando le mandaron que colocara en el texto que "la orden para eliminar a Letelier me la había dado el coronel Contreras, yo quise incluir en esa frase lo siguiente: 'Por encargo del presidente de la República", lo que provocó la indignación de Orozco, quien no permitió incluir esa frase. La verosimilitud del texto se refuerza porque existen otros documentos de Espinoza en el mismo sentido de haber sido presionado para exculpar a Pinochet del crimen de Letelier y porque el notario ratificó la autenticidad de las firmas.

El diputado Juan Pablo Letelier sostuvo que éste es "el primer documento que sindica la responsabilidad directa de Augusto Pinochet Ugarte en actos de terrorismo de Estado" y que confirma lo que todos presumían. "Ésta es la pieza que hacía falta para armar el puzzle", afirmó. Concuerda, además, con lo que ha dicho muchas veces Contreras: que él no era el jefe de la DINA, sino que daba cuentas a Pinochet. Y también con su frase de cuando otro implicado en el crimen de Letelier le preguntó quién dio la orden y Contreras respondió: "Pregúntenle al jefe".

Las condiciones del trato

En su declaración ante notario, el entonces coronel Pedro Espinoza dice que, libre de presiones y en su hogar, entrega los antecedentes bajo juramento de honor y afirma que estos hechos son un atropello a sus derechos como oficial y como persona. Sostiene que fue sometido a una presión "incalificable" por el fiscal Héctor Orozco, de la segunda fiscalía militar, para realizar una declaración que estimó "como una orden". Según Espinoza, después de incomunicarle, Orozco le dijo que tenía dos posibilidades: "O me dice toda la verdad como corresponde o simplemente niega todo".

De hacer lo primero, le ofrecieron dinero -"una cantidad alta, pero adecuada"-, una casa para su familia, una condena pequeña que podría cumplir en el hospital militar, club de campo o en una unidad militar, amnistiarlo, completar sus años de servicio y encontrarle trabajo. De lo contrario, le enviaban a EE UU, donde su pena mínima iba a ser de 15 años, y no garantizaban la seguridad de su esposa e hijos. Dice Espinoza que fue obligado a declararse culpable del crimen de Letelier, "algo que yo nunca ordené", y que fue "presionado moralmente cuando se me dijo que se trataba de salvar al presidente de la República no importa cuál fuera el costo, lógicamente siempre que fuera yo". Agrega que la verdadera misión que recibió de la DINA era investigar los contactos de Letelier con "políticos marxistas norteamericanos" que querían bloquear económicamente a Chile y sus contactos con Fidel Castro para que enviara un ejército cubano al país.

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